Ruta Vetona 2018

Pocas veces tiene uno la gran oportunidad de acompañar a un maestro del ultrafondo como Rafa Iza que a cada paso que da trasmite su saber hacer y su saber estar ocurra lo que ocurra y en esta ocasión junto a Luis de Juan pudimos disfrutar con él durante 23 horas recorriendo un total de 100kms.





La ruta Vetona se celebra en Béjar provincia de Salamanca y consta de tres circuitos, el primero que da la impresión de que puede ser bastante bonito pero que solo se intuye por ser una prueba que inicia a las 21h y este primer circuito hacerse casi en su totalidad de noche donde solo se alcanza a ver donde llegue la luz del frontal y donde nada más iniciar teníamos una subida continúa de 6kms, muy de agradecer la amabilidad en los avituallamientos y también que durante la noche un coche de la organización estuviera pendiente de todos los corredores. 



En este primer circuito también nos acompañaba Isidro, compañero de otras ultras y en todos hacíamos el recorrido lo más ameno posible, se escuchaba el murmullo del agua en más de una ocasión pero la oscuridad impedía verlo. Pasaban los kms, a veces pista, a veces terreno más roto, a veces senderos y bueno, a mi este primer tramo se me hizo pesado por ser bastantes kms nocturnos avanzando lentamente.

Apenas llevábamos más de 25 kms y por fin empezamos a avanzar algo más rápido gracias a la cercanía del amanecer que da alas, en general íbamos todos bien, aunque Isidro se quejaba de dolor de cabeza y cierto malestar, que se confirmo mas adelante con su retirada en uno de los avituallamientos, más o menos en el km60.



Tras pasar por primera vez por el Poli finalizando el primer circuito de 28kms, comida y bebida, cura de pies y vámonos que nos vamos, aquí pecamos de exceso de confianza ya que la parada fue en torno a los 30 minutos, excesiva.



Los tres salimos muy fríos y costo coger ritmo, mas con lo que se venía, mas de una zona de subida en busca de la calzada de Béjar y también del Puerto de Béjar, subidas no muy fuertes ni prolongadas que hacían mucha mella en el ritmo del grupo.



En las subidas bajábamos peligrosamente el ritmo que nos podía hacer llegar a meta antes de las 24h. En mi caso no sé si esta prueba considerarla de ultra fondo o simplemente una ruta larga disfrutada entre amigos, mis sensaciones eran inmejorables contando que venía con lesión de talón y herida abierta que llevaba adormecida por la medicación, no debía pero las ganas me pudieron y participe así, no me arrepiento, me alegro mas bien. Luis iba muy entero, el que mas y Rafa tirando de galones y veteranía, saber hacer pase lo que pase, un valor seguro para cualquier grupo de amigos que quieran disfrutar de la montaña. Este segundo circuito era de 42kms, pensábamos que el más duro era el primero, pero este segundo también tenía subidas cortas pero algo técnico y mucha zona rota, también alguna bajada más complicada que la subida.




No sé el motivo pero pensaba que la Vetona sería sobre todo pistas fáciles, y bueno, hay pistas pero también muchas zonas de senderos y algunas técnicas sin llegar a ser complicadas ni requerir grandes esfuerzos, el recorrido hasta aquí me sorprendía gratamente y cambiaba mucho en pocos kilómetros, tras llegar a Cantagallo de nuevo en la Plaza de Santa Teresa, aquí los tres con el firme propósito de hacer parada corta como así fue, llevábamos 69kms y lo más difícil estaba hecho. Uno de nosotros poco antes comentaba que se retiraba al llegar a Béjar y bueno, solo decir que si se retiraba uno, nos retirábamos todos, sobran los comentarios, continuamos los tres como buenos Pretorianos.



Sin más palabras, solo miradas cómplices y el saber  que lo íbamos a conseguir. Todos sabíamos que esta sería para Rafa su prueba de tres cifras número treinta y lo que ello significaba. Y como siempre con Rafa, aprendiendo, al comentar las pruebas que llevábamos unos y otros, le decía que tenía de bici y a pie, y que solo contaba las que hice a pie, a lo que Rafa me dijo, que tontería, cuéntalas todas, el caso cuando llegue a casa empecé a poner en pie todas las pruebas de ultrafondo fueran en bici o a pie, y bueno, por primera vez fui consciente de que llevo en total 28 pruebas, gracias Rafa por hacerme verlo así.

Tras haber recorrido tantos kilómetros las fuerzas iban fallando, el tercer circuito, “el valle” era el más asequible y también el menos agradecido para la vista por tener rectas interminables que hacían el recorrido muy monótono, esto ya cuestión de gustos, lo bueno es que mucho era plano así que íbamos algo más rápido. Aquí era como pasear por el valle donde vivía Heidi, pastos y pastos verdes llenos de vacas y toros con los tres contando batallas a ratos, y en otros momentos en modo zombi deseando acabar las puñeteras rectas interminables.




En una parte del recorrido nos adelanto el primero del maratón de montaña, no nos salían las cuentas por los tiempos que llevaba para recorrer 42 kms, nos adelanto dando ánimos, una sonrisa de oreja a oreja y un “¡¡Venga Chavales!! , nosotros la cara a cuadros, mas cuando al momento venía una cuesta de 500 metros que subía al mismo ritmo que llaneando, después nos enteramos que era Miguel Heras y que hizo el recorrido en 2:45h, de otro planeta, mas sabiendo que había muchas zonas de la prueba con mucho barro donde era bastante complicado pasar, más aún a buen ritmo.



De los avituallamientos decir que una maravilla, y que en algunos pueblos recordaban a la UTVG por cómo se volcaban con los corredores, Luis en cada avituallamiento se quedaba atrás por aquello de probar todos los productos de la tierra, yo aprovechaba y seguía con Rafa.
Ya llegando a la Calzada de Béjar de nuevo, a escasos 7 kms de meta nos quedaba la vía verde, alguna cuestecita casi llegando a meta y poco más… Estaba hecho
Y sorprendentemente Rafa se puso a tirar, a tirar que se las pelaba y bueno, no me quedo más remedio que pedir clemencia y que aflojara. Vaya telá!!!!  Mas sabiendo que en breve venía cuesta y ahí nos veníamos abajo.



Entrando en Béjar, da gusto ver a  todo el mundo dando ánimos, más de uno no se cree los kms que llevamos, y bueno, sonrisa de oreja a oreja. Un cien muy disfrutado

Llegada a meta corriendo con las manos unidas y en alto con Rafa en el centro que era el gran protagonista y abrazos muy sentidos por lo conseguido. Un honor poder disfrutar con compañeros tan buenas personas como estos y un orgullo hacer cada vez con más facilidad, lo difícil, fácil.

Agradecer mucho a todos los voluntarios la gran labor que hacéis y reconocer que sin ustedes la prueba no sería posible y también a la organización que tan magníficamente nos acogió.

Repetiremos. 
 
Fuerza y Honor

By Antonio Mayoral 

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